La pandemia y mi cambio de vida
Empecé como voluntaria en una organización sin fines de lucro y sin darme cuenta estaba aprendiendo en ese lugar me daría la oportunidad de cambiar mi vida en los tiempos de pandemia.
Para mucha gente o para la mayoría, la pandemia fue la etapa más difícil de sus vidas, perdieron familiares queridos. Otros perdieron empleos, perdieron casas, y perdieron la estabilidad que tenían. Yo también perdí a alguien que quería y mi familia sufrió grandes cambios, pero no fue por causa de la pandemia sino por otros efectos y decisiones tomadas anteriormente, y aunque ese cambio fue muy difícil tengo que decir que la pandemia jugó un papel muy importante y para mi a diferencia de otras personas no fue malo. Por fortuna en mi familia no murió nadie, mi estabilidad mejoró, no perdí empleos sino que mejoró y mi familia no sufrió por hambre. Por fortuna gracias a la pandemia mi vida dio un giro de 180 grados.
En noviembre de 2020 se abrió una posición para trabajar en un sindicato de trabajadores agrícolas. Un puesto de organizadora comunitaria con el enfoque en repartir materiales de protección por covid, mascarillas desinfectantes guantes así como información de prevención de covid. Anteriormente trabajé en el campo por más de 8 años haciendo todo tipo de trabajos, azadón, poda, pizcas.
Empecé a trabajar en este sindicato y aparte de que este trabajo me dio estabilidad económica y mental. Me dio la oportunidad de aprender de la comunidad, aprendí la capacidad de resiliencia que tenemos como individuos, y que a pesar de cada reto que enfrentamos y de cada golpe que recibimos tenemos la capacidad de levantarse para seguir trabajando y hacernos más fuertes. Cara a cara vi la fuerza de la unidad, del trabajo colaborativo y de la importancia que tiene el poder informar a la gente para que ellos mismos sepan qué hacer. Cara a cara vi el dolor en las caras de las personas por no tener los recursos necesarios cuando tenían la pérdida de más de un familiar por COVID 19 y aparte del cambio traumático para la familia tenían que lidiar con el problema de donde buscar dinero para mandar los cuerpos a sus lugares de origen. Conozco mujeres que quedaron solas con sus hijos, padres que ahora se enfrentan a la vida sin sus esposas para educar a sus hijos y lo mas triste hijos que se quedaron sin ambos padres enfrentando la vida con algún otro familiar que de ninguna manera llenaran los vacíos en sus corazones.
Respeto el dolor y las experiencias diferentes que la gente tiene sobre los tiempos de la pandemia, respeto los duelos y las pérdidas pero tengo que reconocer que estoy en el lugar donde estoy por la necesidad de la comunidad de tener información, de saber a dónde acudir. Agradezco la oportunidad de aprender de cada una de las personas que apoyamos, cada persona aporta sabiduría a mi vida, la riqueza del conocimiento de la comunidad es inmensa y agradezco la oportunidad que me brindan en cada plática de poder aprender. El compartir siempre enriquece, y tengo la gran fortuna de ser parte de una comunidad resiliente, unida y con mucho amor para compartir.